¿Cómo ayudo a alguien que tiene intenciones suicidas?

Es importante:
Entender el anuncio de suicidio como una señal de socorro.
Responder activamente y con tranquilidad. Sin minimizar ni dramatizar.
Crear un ambiente acogedor y de diálogo constructivo.
Escuchar tratando de entender lo que está viviendo, desde su propio punto de vista (no sugerir soluciones apresuradas, escuchar paciente y comprensivamente). No juzgar.
Crear un buen vínculo o relación.
Evaluar factores protectores dentro de lo posible.
Establecer acuerdos firmes.
Contactar alguna persona cercana para la contención y supervisión. Entregar información sobre cómo manejar la situación.
O bien, acompañar al centro asistencial que corresponda (por ejemplo, Urgencia Psiquiátrica).
Supervisión cercana de la derivación y/o seguimiento (ver si fue o no, qué se indicó, si hay alguien que quedó a cargo, etc.).
También es importante tener en cuenta que, aun cuando alguien haya intentado suicidarse, como una forma de llamar la atención o manipulación, es posible que no mida sus propias consecuencias y actos, por lo que se debe considerar igualmente en riesgo. En otras palabras, igualmente es posible que en el intento se le pase la mano, terminando en su propia muerte o en una lesión grave. Este puede ser, por ejemplo, el caso de una persona que ingiera grandes cantidades de medicamentos, sin intenciones reales de morir, pero que si no es llevada a tiempo a un centro asistencial, puede tener consecuencias graves de intoxicación. Por eso, no hay que minimizar a priori, ninguna señal de riesgo suicida.

¿A quién recurro para enfrentar un posible suicidio?

Son muchas las personas que pueden ayudar, en caso de que necesite enfrentar alguna de estas situaciones.
Lo primero es contar con las personas significativas de quién está pasando por una tendencia suicida aguda, es decir, familiares, amigos, etc. Incluso, puede ser la ayuda de un vecino cercano. Por lo tanto, es importante informar a alguien más, que sea cercano a la persona, para que pueda contar con la información necesaria y ser un apoyo en los espacios cotidianos. Además, será quien dé el consentimiento necesario para las decisiones que se tomen.
Lo segundo es poder hacer una derivación oportuna a un profesional de la salud. Es decir, derivar a un centro de urgencia o un centro psiquiátrico, para que se realice el diagnóstico y se inicie cuanto antes el tratamiento. En muchas oportunidades, se requiere iniciar un tratamiento farmacológico que permita disminuir los síntomas y estabilizar a la persona. A su vez, la posibilidad de un tratamiento terapéutico ofrece un espacio de contención y elaboración de los problemas.

Lo tercero, en caso de ser necesario, es que existe la posibilidad de hospitalización. Para ello, debe haber un diagnóstico por parte de un especialista. La ventaja es la disminución de riesgo suicida, en caso de que la persona se encuentre ya afectada con alguna sustancia u objeto que ponga en riesgo su vida. Asimismo, permite una vigilancia permanente y un tratamiento intensivo por parte de profesionales de la salud.
En caso de que la persona no se quiera hospitalizar, pero se encuentra en alto riesgo de cometer suicidio, existe la internación involuntaria, en la cual es posible solicitar un recurso judicial. Esta internación debe hacerla un especialista. Para ello, el profesional deberá hablar con algún familiar. En caso de que no exista un acompañante, deberá informar a la autoridad jerárquica y sanitaria correspondiente. Todo debe ser dentro del marco jurídico de la ley del código sanitario y la ley de derechos y deberes de los pacientes, recientemente promulgada.
La importancia de los colegas y del trabajo en equipo es fundamental. Estas situaciones pueden generar una situación de estrés importante para quiénes las enfrentan. Por ello, conviene tener un espacio de apoyo y desahogo personal, que ayude además a tomar las decisiones más oportunas y efectivas, de manera compartida.
Finalmente, siempre existe la posibilidad de solicitar capacitación y/o supervisión en estos temas, más aún en el marco de la Alianza para la Depresión y el Riesgo Suicida.

¿Qué medidas tomar en el caso de una persona que esté en alto riesgo suicida o que haya intentado el suicidio recientemente?

Medidas Generales de Seguridad en el Hogar
Mantener supervisión las 24 horas. Saber dónde está la persona y con quién.
Prohibir y restringir el acceso a armas de fuego.
Sacar del alcance bebidas alcohólicas o drogas.
Prevenir el acceso a transportes (llaves del auto, escapes en bus, etc.)
Sacar del alcance cualquier medicamento. En lo posible, supervisar la ingesta de los medicamentos entregados por el médico.
Alejar cualquier medio de riesgo: cuerdas, cuchillos, cloro, venenos, etc.
Incentivar a que realice otras actividades (deporte, contacto con personas positivas)
Incluir a la persona en la planificación de las medidas de seguridad que se vayan a tomar en la casa e informarle acerca del tratamiento.
Incentivara la persona a conversar acerca de los pensamientos o impulsos suicidas que pueda tener de manera de actuar a tiempo.
Estar atento a períodos de mayor riesgo: asistir a juicios legales, cambios en el tratamiento, aniversarios, etc.
En caso de agitación, intentos de agresión a sí mismo u otros, acudir al Servicio de Urgencia Comunal – SUC

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